Como os conté en mi última noticia, estamos en Hiva Oa y ayer dimos una vuelta en coche alrededor de la isla. Menos mal que el coche era un todo terreno , pues parte de la carretera es un camino que discurre subiendo y bajando montañas al borde de unos acantilados con impresionantes vistas.
Bueno como todavía no os he contado nada sobre la travesía más larga de esta vuelta al mundo, voy a intentar poneros al día.
Salimos desde Puerto Ayora el pasado día siete con viento suave del sureste en un océano tan pacífico como indica su nombre. Nada más salir, se rompió la driza del génova y esto nos retrasó un poco con relación a los demás barcos, pero al final nos recuperamos y llegamos quintos a la meta final en Hiva Oa.
Durante el segundo día de navegación en el que pescamos dos pequeños atunes. Tuvimos un montón de averías que terminaron desesperando a Emilio que se pegó un lote de trabajar impresionante durante mas de tres días.
Los primeros días, aparte de las reparaciones, transcurren con buen mar, viento suave y tiempo espléndido. Por la noche, saltan calamares que quedan atrapados en la cubierta del barco y al quinto día, los recogí, limpié y con ellos junto a unas verduras, Emilio nos hizo una estupenda paella.
La sorpresa ha sido las dotes culinarias de Fernando, que nos hace una cocina de improvisación con unos resultados increíbles. La intendencia vuelve a marchar bien. Como plato estrella tengo que mencionar un exquisito marmitaco que nos preparó un mediodía con unos lomos de albacora que compramos antes de salir.
Otro hecho relevante es el continuo cantar de Roger, que nos ameniza todo el tiempo. Es una cosa insólita que parece ser ha heredado de su padre y que consiste en un continuo cantar con la boca cerrada que realiza sin darse cuenta. Lo complicado es descubrir la melodía que en cada momento está interpretando. No sólo nos sorprende Roger por su canto: además de eso y de sus conocimientos marineros, nos alegra la tarde preparándonos un excelente té con pastas al estilo Inglés a las cuatro y media.
El día 13 a las 7 de la mañana, pescamos un magnifico Marlin de unos 15 kilos. Mi alegría no fue tan grande como otras veces, pues enseguida me hizo pensar que volvíamos a tener pescado para congelar y, como Fernando hizo acopio de este producto en el mercado de Puerto Ayora antes de salir, Roger y yo ya empezamos a estar hartos de esta carne. En cuanto a la navegación, sigue igual, buen viernto, buena mar y velocidad constante de unos 8-9 nudos.
Como no hago guardias de noche y mi trabajo de retén, debido a las pocas complicaciones, es escaso, por no decir nulo, me he ofrecido a hacer una guardia de siesta después de comer, en la que mientras los demás duermen, yo vigilo. Así es que me paso un par de horas o más, sentado en la borda cerca de la proa, donde con los pies rozando el agua y a la sombra de la vela, dejo correr mi imaginación mirando al horizonte en busca de alguna ballena o animal que nunca he conseguido ver. !Qué grande es esto! !Cuánta agua!
A veces estoy tan metido en estos sueños, que si algún compañero viene a sentarse a mi lado y me habla, le contesto con monosílabos, con tal de no salir de ellos. Pensarán que soy un estúpido, pero es que estoy tan bien dentro de mi sueño mecido por las olas, que no quiero salir de él hasta acabarlo. Esto nunca ocurre, ya que mis sueños son una historia interminable.
Bueno ya me pierdo y en vez de contaros cosa sobre la navegación y la vida en el barco, termino metiéndome en mis cosas que son tantas como para escribir varios libros. A lo mejor algún día lo hago.
Tengo muchas notas tomadas día a día sobre la travesía, pero como veo que esto se va a hacer demasiado largo, solo os voy a contar lo más relevante.
La navegación ha sido todo el tiempo muy buena y salvo un par de días en los que hemos tenido que poner motor unas cuantas horas debido a la falta de viento, hemos hecho la singladura a buen ritmo y en un mar que, como ya he dicho, hace honor a su nombre. Además del Marlim, hemos pescado dos atunes de más de diez kilos y un Wahoo de más de quince.
Una noche, vino a posarse un pájaro encima del soporte donde está colgado el bote auxiliar y se quedó allí descansando durante unas cuantas horas. Estamos a mas de mil millas de cualquier sitio emergido y estamos todos intrigados intentando averiguar como estas aves pueden vivir tan lejos de sus nidos.
Los dos últimos días, baja el viento y, además, al cambiar de dirección, nos va apartando del rumbo. Al cabo de quince días de navegar apoyados en el mismo bordo, nos vemos obligados a trasluchar. Las últimas seis horas las hacemos a motor y llegamos a la bahía donde ya habían llegado cuatro barcos, a las tres de la madrugada del día 24. El siguiente grupo de embarcaciones no llegó hasta la tarde del 25. Nuestro amigo Portugués no apareció hasta el día 27 por la mañana.
Ahora ya estamos navegando hacia Tahuata, una pequeña isla a unas 10 millas de Habatoni, que es como se llama donde hemos estado fondeados. Desde allí, mañana tenemos la intención de ir a Nuki Hiba, que parece ser es la más bella de estas Islas Marquesas.
A pesar que mi aclimatación al barco va por buen camino (la prueba es que estoy escribiendo mientras navegamos) mis dolencias no paran; a mi dolor en el costado que no termina de curarse, tengo que unir un dedo del pie que me he fastidiado al tropezar con algo sin llevar los prescritos zapatos puestos.
El 23 hizo 40 años que me casé con Marilú, con la que felizmente sigo estando (hoy en día hay que recalcarlo pues ya resulta ser un hecho excepcional). Me llamó al teléfono del barco y me entraron muchas ganas de regresar. Si no consigo hacer que venga a pasar conmigo al menos un mes, me plantearé hacer un lapsus y regresar a Sevilla para pasar allí el verano. Ya lo decidiré durante estos próximos días.
Bueno, esta noticia ha sido más larga de lo normal, pero hay que tener en cuenta que hace cerca de un mes que no os escribo nada. Aún así, me he saltado la mitad de los apuntes que he ido tomando todos los días. A lo mejor retomo alguno de ellos y hago otra noticia. Me estoy acordando de uno sobre mis elucubraciones respecto al viento y la velocidad del barco, que a lo mejor os cuento más adelante...