01-09-09 YA NOS ACERCAMOS AL OBJETIVO
Esta noche ya pasamos el ecuador del viaje y esta mañana ya vamos descontando millas hasta la Gomera. Estimamos llegar a puerto en la madrugada del día tres.
La guardia de las diez hasta la una ha sido la mas placentera. Después de hacer una cena de verduritas con postre de queso y buen vino, he sacado mis dados chinos y he enseñado a jugar al resto de la tripulación, que pronto se ha enganchado y hemos estado jugando hasta las once y media. Navegamos toda la noche con viento por la aleta y ayuda de motor hasta las cuatro, que sube el viento a unos 10 nudos, lo que nos permite apagar el motor y seguir navegando a unos 7 nudos solo con las velas. A Antonio y a mi nos toca hacer también la guardia de 7 a 10 en la que vemos amanecer con un cielo algo gris y el mar en calma. El viento y la velocidad siguen igual.
Sobre la nueve se levanta Emilio y al poco rato Pepe y Manolo. Emilio prepara, como casi siempre, el café con unos panes semielaborados que se terminan de cocer en el horno y que nos zampamos untados con aceite y tomate acompañado de un exquisito jamón. La intendencia funciona y la buena salud de la tripulación se refleja en el apetito que va en crecimiento. ¡
Esta noche ya pasamos el ecuador del viaje y esta mañana ya vamos descontando millas hasta la Gomera. Estimamos llegar a puerto en la madrugada del día tres.
La guardia de las diez hasta la una ha sido la mas placentera. Después de hacer una cena de verduritas con postre de queso y buen vino, he sacado mis dados chinos y he enseñado a jugar al resto de la tripulación, que pronto se ha enganchado y hemos estado jugando hasta las once y media. Navegamos toda la noche con viento por la aleta y ayuda de motor hasta las cuatro, que sube el viento a unos 10 nudos, lo que nos permite apagar el motor y seguir navegando a unos 7 nudos solo con las velas. A Antonio y a mi nos toca hacer también la guardia de 7 a 10 en la que vemos amanecer con un cielo algo gris y el mar en calma. El viento y la velocidad siguen igual.
Sobre la nueve se levanta Emilio y al poco rato Pepe y Manolo. Emilio prepara, como casi siempre, el café con unos panes semielaborados que se terminan de cocer en el horno y que nos zampamos untados con aceite y tomate acompañado de un exquisito jamón. La intendencia funciona y la buena salud de la tripulación se refleja en el apetito que va en crecimiento. ¡

Manolo sigue con su pesca y el agitador se afirma como una fabrica de coger pescado. (No podía imaginarme lo bien que funcionaría cuando lo compré en aquella tasca de Cádiz). Hemos cogido dos listados mas pero los hemos soltado ya que en la nevera no nos cabe mas pescado. Hemos puesto una muestra de gran tamaño para si acaso, pescar algo que sea importante.
Sobre la once y media sube el viento que ahora sopla a 150ª y esto nos permite sacar el genaker, con el que conseguimos navegar a unos 7-8 nudos. He hecho un reportaje de la subida del gennaker que luce espléndido en la proa del Kalliope. Además las nubes están desapareciendo y empieza a picar el sol. (Voy a echarme protección en la cara y pies).
Hoy hemos comido los lomos de atún que estaban en el congelador, a la plancha acompañados de una refrescante ensalada. De postre, queso y vino.
Manolo sigue pescando pero decidimos que si el bicho no es bien grande o especial, lo soltamos. Ya lo hemos hecho con tres atunes pequeños en contra de la opinión de Antonio que tiene un gran espíritu depredador.
El viento sigue a unos 15 nudos y nos empuja a mas de 8. Es la navegación casi perfecta.
Por la noche, mi amigo Pepe nos prepara una excelente sopa de verduras y de segundo unas deliciosas tortillas de patatas. La intendencia sigue funcionando. Lo malo llegó después al tocarme a mi la colada y encontrarme la cocina imposible de la cantidad de cacharros que había ensuciado. Total que al final termino mareándome un poco y tengo que pasar la noche acostado en la cubierta. La verdad es que no se esta nada mal con la brisa fresquita en la cara y bien abrigadito.. A las doce y cuarto mi plácido sueño se interrumpe bruscamente con las voces de Pepe Bo que grita “ el gennaker al agua, el gennaker al agua”. Al momento el revuelo y al levantarme veo el gennaker en el agua acostado a lo largo del barco `por la borda de babor, Pepe Bo en la proa sujetándolo y manolo intentando atraparlo por la popa. Corro hacia la banda y agorándome al pasamanos me lanzo hacia abajo consiguiendo hacerme con el. Enseguida aparece Emilio y entre los cuatro conseguimos subirlo a la cubierta y luego introducirlo en el tambucho de proa con el resto de las velas. En este momento ya estaban en cubierta el resto de la tripulación. Emilio nos informo que lo ocurrido ha sido debido a que el puño del gennaker que está unido al enrollado en la parte de arriba se había desgarrado y roto, probablemente por el roce.
Al final todo termina sentados en la bañera de popa, hablando durante bastante rato sobre la incidencia y la necesidad de encontrar un velero en La Gomera que repare y refuerce la vela lo antes posible. A Antonio y a mi nos toca la guardia de cuatro a siete y una buena parte de ella la hacemos hecho en compañía de los demás que se quedaron con nosotros charlando. Durante este tiempo, se entabla una discusión cordial entre Emilio y Antonio sobre el rumbo a seguir y la necesidad de hacer una nueva trasluchada. Como es lógico la contienda es ganada por Emilio. En este caso creo que Emilio estaba en lo cierto. Después comprendí la inquietud de Antonio por encontrarse en nuestro rumbo las Islas Salvajes.El viento sigue a los mas de 15 nudos y nuestra velocidad no baja de ocho.
Sobre la once y media sube el viento que ahora sopla a 150ª y esto nos permite sacar el genaker, con el que conseguimos navegar a unos 7-8 nudos. He hecho un reportaje de la subida del gennaker que luce espléndido en la proa del Kalliope. Además las nubes están desapareciendo y empieza a picar el sol. (Voy a echarme protección en la cara y pies).
Hoy hemos comido los lomos de atún que estaban en el congelador, a la plancha acompañados de una refrescante ensalada. De postre, queso y vino.
Manolo sigue pescando pero decidimos que si el bicho no es bien grande o especial, lo soltamos. Ya lo hemos hecho con tres atunes pequeños en contra de la opinión de Antonio que tiene un gran espíritu depredador.
El viento sigue a unos 15 nudos y nos empuja a mas de 8. Es la navegación casi perfecta.
Por la noche, mi amigo Pepe nos prepara una excelente sopa de verduras y de segundo unas deliciosas tortillas de patatas. La intendencia sigue funcionando. Lo malo llegó después al tocarme a mi la colada y encontrarme la cocina imposible de la cantidad de cacharros que había ensuciado. Total que al final termino mareándome un poco y tengo que pasar la noche acostado en la cubierta. La verdad es que no se esta nada mal con la brisa fresquita en la cara y bien abrigadito.. A las doce y cuarto mi plácido sueño se interrumpe bruscamente con las voces de Pepe Bo que grita “ el gennaker al agua, el gennaker al agua”. Al momento el revuelo y al levantarme veo el gennaker en el agua acostado a lo largo del barco `por la borda de babor, Pepe Bo en la proa sujetándolo y manolo intentando atraparlo por la popa. Corro hacia la banda y agorándome al pasamanos me lanzo hacia abajo consiguiendo hacerme con el. Enseguida aparece Emilio y entre los cuatro conseguimos subirlo a la cubierta y luego introducirlo en el tambucho de proa con el resto de las velas. En este momento ya estaban en cubierta el resto de la tripulación. Emilio nos informo que lo ocurrido ha sido debido a que el puño del gennaker que está unido al enrollado en la parte de arriba se había desgarrado y roto, probablemente por el roce.
Al final todo termina sentados en la bañera de popa, hablando durante bastante rato sobre la incidencia y la necesidad de encontrar un velero en La Gomera que repare y refuerce la vela lo antes posible. A Antonio y a mi nos toca la guardia de cuatro a siete y una buena parte de ella la hacemos hecho en compañía de los demás que se quedaron con nosotros charlando. Durante este tiempo, se entabla una discusión cordial entre Emilio y Antonio sobre el rumbo a seguir y la necesidad de hacer una nueva trasluchada. Como es lógico la contienda es ganada por Emilio. En este caso creo que Emilio estaba en lo cierto. Después comprendí la inquietud de Antonio por encontrarse en nuestro rumbo las Islas Salvajes.El viento sigue a los mas de 15 nudos y nuestra velocidad no baja de ocho.

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