Nuestro amigo Portugués Antoni, José Ma y Paco
El general Rui cenamdo con nosatros en el chiringuito
Emilio con su barbacoa, "grelando" langostas
Las langostas no eran muy grandes peró muy sabrosas
Espetrando la hora de cenar
Asi es nuestro chiringuito al atardecer
Que bien luce nuestro Kalliope en estos mares
En mi última entrada dije que estaban los scooters en carga para ir a bucear con Emilio. A bucear sí que hemos ido, pero sin estos cacharros que no han querido arrancar. De todas maneras hemos disfrutado de un buen paseo subacuático en una zona llena de corales.
Íbamos buscando alguna langosta pero no vimos nada. Menos mal que, al regresar al barco, vinieron unos pescadores y nos vendieron seis de pequeño tamaño.
Mientras tanto Ruí, nuestro amigo Portugués, apareció con su barco en nuestro cayo y fondeó junto a nosotros. Total que al final, hicimos una magnífica barbacoa todos juntos en la isla, donde dimos cuenta de las langostas, un kilo de carne y salchichas que habíamos comprado en Santa Lucía. En la larga sobremesa, compartimos mesa y cubatas con los cuatro isleños que nos contaron muchas cosas sobre sus costumbres e ideas de futuro. Sus razonamientos son muy infantiles y además hablan bastante mal el castellano y, por lo tanto, es muy difícil mantener una larga conversación con ellos, pero es muy interesante escuchar lo que nos dicen.
Esta cena ha sido nuestra despedida de la isla, ya que mañana tenemos que salir para reunirnos con los demás barcos de la World Arc en una isla cercana para hacer un almuerzo y recibir información acerca de la próxima etapa.
Ya os informará
Íbamos buscando alguna langosta pero no vimos nada. Menos mal que, al regresar al barco, vinieron unos pescadores y nos vendieron seis de pequeño tamaño.
Mientras tanto Ruí, nuestro amigo Portugués, apareció con su barco en nuestro cayo y fondeó junto a nosotros. Total que al final, hicimos una magnífica barbacoa todos juntos en la isla, donde dimos cuenta de las langostas, un kilo de carne y salchichas que habíamos comprado en Santa Lucía. En la larga sobremesa, compartimos mesa y cubatas con los cuatro isleños que nos contaron muchas cosas sobre sus costumbres e ideas de futuro. Sus razonamientos son muy infantiles y además hablan bastante mal el castellano y, por lo tanto, es muy difícil mantener una larga conversación con ellos, pero es muy interesante escuchar lo que nos dicen.
Esta cena ha sido nuestra despedida de la isla, ya que mañana tenemos que salir para reunirnos con los demás barcos de la World Arc en una isla cercana para hacer un almuerzo y recibir información acerca de la próxima etapa.
Ya os informará
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