jueves, 14 de enero de 2010

ISLA WAILY


Paco y Emilio en la lancha hacia Wichiwala


Sobrinos y nietos de Alberto dentro de su cabaña


India Kuna dentro del poblado con su tìpico vestido


El poblado donde vive nuestro amigo Alberto


El único supermercado en muchas millas alrededor


India kuna vendiendo comida



Drejando atras a Wichiwala en la lancha de Alberto
Mi intención de mandar noticias al llegar a la isla del aeropuerto se han esfumado. Aquí estamos en el siglo pasado. Los indios Kuna que pueblan estas más de doscientas islas, viven en unas condiciones muy primitivas. (Ya veréis las fotos). Si no fuera porque ha llegado el móvil, que por cierto todos tienen, podríamos estar en la época de la conquista. Lo de Internet, sólo algunos saben lo que es, pero de haberlo tocado; nada de nada. Así es que hasta que no lleguemos a Panamá no podré informar de nada. Lo malo es que allí se me va a acumular el trabajo. Espero que lo que estoy escribiendo en Word pueda pasarlo al blog.
Hoy voy a hablaros de lo acaecido estos últimos tres días que han sido bastante provechosos.
Como ya os dije, estamos fondeados en un paso entre dos islas que se llama Cayo Limón. Tenemos viento constante pero el barco está al abrigo de las olas y se está bastante bien. El chiringo cutre que hay en la islita nos sirve para poder salir del barco y estirar las piernas. Además la relación con los indígenas es muy divertida e instructiva.
Ayer; Alberto, un indio borrachín medio zumbado, nos llevó con su barca a motor a la mayor isla de los alrededores que se llama Wichibwala. No nos podíamos imaginar esto. En las fotos podréis ver cómo es, porque describirlo es bastante difícil. En el siglo en que vivimos y tan cerca del continente Americano, no se entiende cómo estas criaturas pueden vivir en semejantes condiciones. Tengo que decir que llevan una miseria digna, agarrada a su tradición y raza de la que se sienten orgullosos y no parece que sean muy infelices viviendo así.
Si la visita a Wichibwala fue impactante, mucho más lo fue después, cuando nuestro amigo Alberto nos llevo a la isla justo al lado para presentarnos a su familia. No sé si las fotos podrán reflejar el estado de miserias en el que viven estas pobres gentes.
Volvimos para comer en el barco, pues lo de restaurante no lo conocen bien y como mucho puedes comprar alimentos básicos, tal como lo hicimos, en el único “supermercado” que hay en todo el contorno.
Después de comer, bajamos con el bote a nuestra islita del chiringo y Emilio y yo nos fuimos a hacer snorkel y encontramos unos fondos preciosos que han hecho que hoy tengamos la intención de volver con los equipos de submarinismo (espero poder enseñaros foto gracias a mi cámara subacuática).
Por la noche hicimos una barbacoa en la islita que estaba ocupada por su dueño junto a la familia. Resulta que es el nuevo diputado representante de los Kuna.
Tuvimos ocasión de apreciar el distinto nivel cultural de esta familia y además tuvimos una sobremesa con sus dos ayudantes que recorren las islas haciendo campaña.
De esta forma pudimos aprender muchas cosas acerca de las costumbres y formas de vida de estos indios, así como de la situación social y política del país. Hemos quedado en volver hoy con lápiz y papel para apuntar cosas. Paco está tan fascinado y ávido de conocimientos como lo estoy yo. Estuvo haciendo muchas fotos que espero me pase pues mi cámara se quedó sin batería y no pude tomar ni una.
Bueno, por ahora no voy a escribir más. Tengo los “scooters” submarinos con la batería en carga y voy a preparar los equipos para, junto a Emilio, inspeccionar estos fondos tan bonitos y de camino ver si cae alguna langosta.
Me acabo de dar cuenta de que tengo el teléfono sin batería y a lo mejor han querido conectar conmigo desde mi casa. Lo pongo en carga y llamo yo enseguida.

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