(02-04)NUKU HIBA Excursión todo terreno.
Como ya os he contado, la salida hacia Taiohae ha sido accidentada, y nada más llegar, fuimos aVisto el panorama, decidimos alquilar un coche y hacer una excursión a través de la isla. Primero nos dirigimos hacia la costa por una carretera que discurre por el litoral, subiendo y bajando montañas, ofreciéndonos preciosas imágenes de la costas vista desde altísimos acantilados. Como todas en estas islas, la vegetación es de una exuberancia, difícil de describir, y me remito a las fotos para que la podáis admirar.
Al mediodía, después de pararnos en un gran Marae donde hicimos muchas fotos, llegamos a la bahía de Haikeo, donde comimos muy bien en el único restaurante del lugar. Después de comer, algunos echaron una siesta en la playa, y yo me dediqué a intentar abrir un coco. Lo conseguí, pero solo fue al cabo de un buen rato de brega. No podéis imaginaros lo difícil que es cuando se carece de herramientas adecuadas. El esfuerzo mereció la pena pues estaba exquisito.
A la vuelta, como teníamos tiempo de sobra, nos dirigimos hacia el interior de la isla. Mereció la pena, pues el paisaje cambia totalmente. Después de subir por una empinada carretera, nos encontramos en medio de una montaña con bosque de pinos y temperatura mucho más fresca que te hacía pensar que estabas en medio del Pirineo o de los Alpes. Estas Marquesa no paran de sorprendernos.
Por la noche, al regresar al barco, junto al muelle estaba la mujer del mecánico y varios amigos bebiendo cerveza y cubatas al son de la música de un “loro”. Al acercarme a ellos, me invitaron a beber una cerveza, y yo le comenté a la chica que lo que estaban haciendo era lo que en España llamamos “botellona”. Mi sorpresa fue cuando ella me dice que efectivamente, esto es una “botellona”, costumbre que ella ha importado desde Sevilla, donde estuvo viviendo durante un tiempo. ¡Lo pequeño que es el Mundo!
Mañana, como ya hemos visto bastante de esta bahía donde estamos fondeados y en la que no hay casi nada que ver, pensamos salir con el barco y fondear en juna bahía que está a unas 6 millas de aquí, y pasar allí un par de días. Nos tocará trabajar, ya que no tenemos molinete y hay que subir y bajar el ancla a mano.
Hasta mañana.
Como ya os he contado, la salida hacia Taiohae ha sido accidentada, y nada más llegar, fuimos a
Al mediodía, después de pararnos en un gran Marae donde hicimos muchas fotos, llegamos a la bahía de Haikeo, donde comimos muy bien en el único restaurante del lugar. Después de comer, algunos echaron una siesta en la playa, y yo me dediqué a intentar abrir un coco. Lo conseguí, pero solo fue al cabo de un buen rato de brega. No podéis imaginaros lo difícil que es cuando se carece de herramientas adecuadas. El esfuerzo mereció la pena pues estaba exquisito.
A la vuelta, como teníamos tiempo de sobra, nos dirigimos hacia el interior de la isla. Mereció la pena, pues el paisaje cambia totalmente. Después de subir por una empinada carretera, nos encontramos en medio de una montaña con bosque de pinos y temperatura mucho más fresca que te hacía pensar que estabas en medio del Pirineo o de los Alpes. Estas Marquesa no paran de sorprendernos.
Por la noche, al regresar al barco, junto al muelle estaba la mujer del mecánico y varios amigos bebiendo cerveza y cubatas al son de la música de un “loro”. Al acercarme a ellos, me invitaron a beber una cerveza, y yo le comenté a la chica que lo que estaban haciendo era lo que en España llamamos “botellona”. Mi sorpresa fue cuando ella me dice que efectivamente, esto es una “botellona”, costumbre que ella ha importado desde Sevilla, donde estuvo viviendo durante un tiempo. ¡Lo pequeño que es el Mundo!
Mañana, como ya hemos visto bastante de esta bahía donde estamos fondeados y en la que no hay casi nada que ver, pensamos salir con el barco y fondear en juna bahía que está a unas 6 millas de aquí, y pasar allí un par de días. Nos tocará trabajar, ya que no tenemos molinete y hay que subir y bajar el ancla a mano.
Hasta mañana.
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