SENSACIONES DEL VIAJE
Lo que más me está gustando y lo que más me está enriqueciendo desde el mismo día en que emprendí este viaje, es el poder tener contacto con seres naturales a los que nosotros llamaríamos injustamente salvajes e incultos. Como he disfrutado en las islas San Blas durante nuestras largas veladas con los indios Cuna. Qué bien lo he pasado conversando y escuchando las historias que nos contaba Etiene, el gordo delegado de cultura de Marquesas. Que gratificante ha sido el poder compartir esta fiesta improvisada con personas como Aimée y su hermano alcalde en Ahe. Cada vez me gustan más estos seres “incultos” que te hablan con el corazón y te cuentan cosas tal como las sienten sin pensar demasiado en su autenticidad o que puedan parecerte una tontería. Para mi es mucho más bonita y me enseña mucho más, esa historia contada por quién la siente verdad, a pesar que probablemente sea mentira, que la otra historia contada por quien solo la sabe porqué la ha leído en un libro. Yo de este viaje intento aprender a través de los sentimientos por el contacto con las personas y luego si quiero saber algo más, me voy a Internet y lo leo. La diferencia es que lo que he buscado en Internet, se me olvida al rato, y lo que este indígena me ha contado con el corazón no lo olvidaré nunca. Cada vez me gustan mucho más estas gentes, que sin tener datos contrastados, intentan sencillamente enseñarnos sus cosa, en vez de lo que nos ocurre a menudo a nosotros, que basándonos en muchos datos solo intentamos enseñarnos a nosotros mismo. Desgraciadamente, creo que la “cultura” ha ido en contra de la frescura y la espontaneidad. Aquí en estas remotas islas, los gordos no hacen como nosotros que encojemos la barriga para que parezcamos flacos. Son frescos y sin complejos, y se presentan tal como son. No les importa recibirte en sus casas, que muchas veces son desordenadas y sucias, donde te invitan a beber o comer, cuando no tienen ni cubiertos ni vasos.
Así es que no esperéis muchos datos contrastados, ni os preocupéis al encontrar nombres mal escritos en mis noticias. Yo intentaré contaros y transmitiros estos sentimientos tal cual, sin complejos. Los datos los buscáis en Internet o se los preguntáis a algún “letrado” que seguro que le encantará enseñaros lo bien que se los ha aprendido.
¡Ah! Y perdonad este “filosofeo” pero estas son cosas que se escriben cuando se está demasiado tiempo en un barco.
Lo que más me está gustando y lo que más me está enriqueciendo desde el mismo día en que emprendí este viaje, es el poder tener contacto con seres naturales a los que nosotros llamaríamos injustamente salvajes e incultos. Como he disfrutado en las islas San Blas durante nuestras largas veladas con los indios Cuna. Qué bien lo he pasado conversando y escuchando las historias que nos contaba Etiene, el gordo delegado de cultura de Marquesas. Que gratificante ha sido el poder compartir esta fiesta improvisada con personas como Aimée y su hermano alcalde en Ahe. Cada vez me gustan más estos seres “incultos” que te hablan con el corazón y te cuentan cosas tal como las sienten sin pensar demasiado en su autenticidad o que puedan parecerte una tontería. Para mi es mucho más bonita y me enseña mucho más, esa historia contada por quién la siente verdad, a pesar que probablemente sea mentira, que la otra historia contada por quien solo la sabe porqué la ha leído en un libro. Yo de este viaje intento aprender a través de los sentimientos por el contacto con las personas y luego si quiero saber algo más, me voy a Internet y lo leo. La diferencia es que lo que he buscado en Internet, se me olvida al rato, y lo que este indígena me ha contado con el corazón no lo olvidaré nunca. Cada vez me gustan mucho más estas gentes, que sin tener datos contrastados, intentan sencillamente enseñarnos sus cosa, en vez de lo que nos ocurre a menudo a nosotros, que basándonos en muchos datos solo intentamos enseñarnos a nosotros mismo. Desgraciadamente, creo que la “cultura” ha ido en contra de la frescura y la espontaneidad. Aquí en estas remotas islas, los gordos no hacen como nosotros que encojemos la barriga para que parezcamos flacos. Son frescos y sin complejos, y se presentan tal como son. No les importa recibirte en sus casas, que muchas veces son desordenadas y sucias, donde te invitan a beber o comer, cuando no tienen ni cubiertos ni vasos.
Así es que no esperéis muchos datos contrastados, ni os preocupéis al encontrar nombres mal escritos en mis noticias. Yo intentaré contaros y transmitiros estos sentimientos tal cual, sin complejos. Los datos los buscáis en Internet o se los preguntáis a algún “letrado” que seguro que le encantará enseñaros lo bien que se los ha aprendido.
¡Ah! Y perdonad este “filosofeo” pero estas son cosas que se escriben cuando se está demasiado tiempo en un barco.
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