YA ESTOY EN CASA
Bueno; ya es el segundo día que voy a pasar en mi casa.
Como prometí, aquí está el artículo de mi viaje y llegada a Sevilla. El viaje ha sido mejor de lo que había imaginado, y la solución de hacerlo vía Chile, me parece mejor que la de realizar el viaje a través de Estados Unidos. Además de evitar los odiosos aeropuertos americanos, la noche y el día de descanso en Santiago hacen que resulte menos agotador. Santiago de Chile, es una ciudad moderna, donde se refleja el mejor nivel de vida de los chilenos con respecto al resto de Sud América. Sin embargo, de lo poco que pude ver, carece de los encantos de ciudades Sud Americanas, como pueden ser Buenos Aires o la Habana. Lo más largo del viaje para mí, han sido las dos últimas horas en el AVE, pues estaba muy nervioso y ansioso por llegar.
No me queda más remedio que contaros mi llegada a Sevilla en la estación de Santa Justa. Allí estaban esperándome, Marilú, su amiga Laura, mi hijo Carlos mi nuera María José y mis nietos Juan y Carlos. Ni a mí me habían dicho que estarían mis nietos, ni a Carlitos que yo llegaba, ya que le dijeron que estaban esperando a su tita Elsa que venía de Madrid. El encuentro con Carlitos ha sido de lo más emocionante. Parecía salido de una novela. En el mismo momento que nos vimos, nos lanzamos el uno contra el otro y nos fundimos en un fuerte abrazo con los ojos llenos de lágrimas, que duró más de cinco minutos. A este lagrimeo se unió Marilú, Laura y mi hijo Carlos. El camino a casa lo hicimos Carlitos y yo abrazados todo el tiempo. Al llegar y preguntarle la bisabuela por la sorpresa de haberme encontrado en la estación, le contestó; bisi, casi he llorado del susto que me he llevado (esto en su lenguaje quiere decir que se llevó una gran impresión y que se le saltaron las lágrimas) Por la noche se quedo a dormir en casa y lo hizo conmigo en mi cama. Hemos estado juntos este día y medio, y esta mañana también lo he llevado al colegio. En cuanto a Juanito, que por cierto está guapísimo, se llevó todo el tiempo observándome, sin entender quien era este señor que tan efusivamente besaba a todos, y que no soltaba de los brazos a su hermano. Al cabo de un rato aceptó que lo cogiera en brazos, y parecía no extrañarme demasiado. Tengo que recuperar el tiempo perdido con él. Ahora estoy esperando a mi amigo Pepe para ir al golf. Le he comentado a Carlitos que a lo mejor no iría a recogerlo al cole, y se ha enfadado mucho. Estoy tentado de decirle a Pepe que no voy con él. Al final he llamado a Pepe y he anulado la cita con él. Por ahora prefiero estar con Carlos.
En cuanto al blog que pienso reiniciar en cuanto ingrese de nuevo al barco, Emilio ha tomado la iniciativa de abrir uno mientras, para que podáis seguir las aventuras del Kalliope que se llama: http://www.kalliope2010.blogspot.com/
Siento haber defraudado a alguno de vosotros, pero de verdad que necesitaba estar una temporada junto a los míos en el calor del hogar. Os tendré informados de mís proyectos y decisiones que puedan afectar a este viaje, que de momento he interrumpido.
Hasta pronto
Bueno; ya es el segundo día que voy a pasar en mi casa.
Como prometí, aquí está el artículo de mi viaje y llegada a Sevilla. El viaje ha sido mejor de lo que había imaginado, y la solución de hacerlo vía Chile, me parece mejor que la de realizar el viaje a través de Estados Unidos. Además de evitar los odiosos aeropuertos americanos, la noche y el día de descanso en Santiago hacen que resulte menos agotador. Santiago de Chile, es una ciudad moderna, donde se refleja el mejor nivel de vida de los chilenos con respecto al resto de Sud América. Sin embargo, de lo poco que pude ver, carece de los encantos de ciudades Sud Americanas, como pueden ser Buenos Aires o la Habana. Lo más largo del viaje para mí, han sido las dos últimas horas en el AVE, pues estaba muy nervioso y ansioso por llegar.
No me queda más remedio que contaros mi llegada a Sevilla en la estación de Santa Justa. Allí estaban esperándome, Marilú, su amiga Laura, mi hijo Carlos mi nuera María José y mis nietos Juan y Carlos. Ni a mí me habían dicho que estarían mis nietos, ni a Carlitos que yo llegaba, ya que le dijeron que estaban esperando a su tita Elsa que venía de Madrid. El encuentro con Carlitos ha sido de lo más emocionante. Parecía salido de una novela. En el mismo momento que nos vimos, nos lanzamos el uno contra el otro y nos fundimos en un fuerte abrazo con los ojos llenos de lágrimas, que duró más de cinco minutos. A este lagrimeo se unió Marilú, Laura y mi hijo Carlos. El camino a casa lo hicimos Carlitos y yo abrazados todo el tiempo. Al llegar y preguntarle la bisabuela por la sorpresa de haberme encontrado en la estación, le contestó; bisi, casi he llorado del susto que me he llevado (esto en su lenguaje quiere decir que se llevó una gran impresión y que se le saltaron las lágrimas) Por la noche se quedo a dormir en casa y lo hizo conmigo en mi cama. Hemos estado juntos este día y medio, y esta mañana también lo he llevado al colegio. En cuanto a Juanito, que por cierto está guapísimo, se llevó todo el tiempo observándome, sin entender quien era este señor que tan efusivamente besaba a todos, y que no soltaba de los brazos a su hermano. Al cabo de un rato aceptó que lo cogiera en brazos, y parecía no extrañarme demasiado. Tengo que recuperar el tiempo perdido con él. Ahora estoy esperando a mi amigo Pepe para ir al golf. Le he comentado a Carlitos que a lo mejor no iría a recogerlo al cole, y se ha enfadado mucho. Estoy tentado de decirle a Pepe que no voy con él. Al final he llamado a Pepe y he anulado la cita con él. Por ahora prefiero estar con Carlos.
En cuanto al blog que pienso reiniciar en cuanto ingrese de nuevo al barco, Emilio ha tomado la iniciativa de abrir uno mientras, para que podáis seguir las aventuras del Kalliope que se llama: http://www.kalliope2010.blogspot.com/
Siento haber defraudado a alguno de vosotros, pero de verdad que necesitaba estar una temporada junto a los míos en el calor del hogar. Os tendré informados de mís proyectos y decisiones que puedan afectar a este viaje, que de momento he interrumpido.
Hasta pronto
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