
DÍA DECIMOQUINTO Y DECIMOSEXTO (6 y 7 – 12)
Estos últimos días no he estado de ánimo para escribir. Además, como tampoco ha habido mucho especial que resaltar, nada me ha empujado a coger el ordenador. Esto unido a que el viento, por fin, ha empezado a soplar mas fuerte y las olas a levantarse, con la consiguiente incomodidad para estar sentado rescribiendo, son los motivos por los que os voy a librar de la tabarra diaria.
Estos últimos días no he estado de ánimo para escribir. Además, como tampoco ha habido mucho especial que resaltar, nada me ha empujado a coger el ordenador. Esto unido a que el viento, por fin, ha empezado a soplar mas fuerte y las olas a levantarse, con la consiguiente incomodidad para estar sentado rescribiendo, son los motivos por los que os voy a librar de la tabarra diaria.
Bueno, algo si que ha ocurrido. La guía del enrollador del foque se rompió durante la noche del 6 al 7. Nos dimos cuenta de ello a la mañana del 7. Todo quedó solucionado con un arreglo de emergencia que realizamos Víctor, Emilio y yo con un destornillador al que le quitamos el mango e introdujimos en la guía sujetándola unida a ambos lados de la rotura. Para preservar este “chapú”, enrollamos el genaker unas cuantas vueltas para que no trabajase demasiado sobre la parte dañada. El arreglo ha funcionado pues sigue aguantando cuando solo estamos a 25 millas del destino.
No voy a explayarme mucho mas sobre lo de estos últimos días, solo decir que anoche est5uvimos todos atentos para ver en la pantalla del puesto de mando en cubierta, la cifra de 100 millas restantes para llegar a Santa Lucía.
¡Ah! También que ha empezado el zafarrancho de aseo personal. Yo he sido el primero en Pasar mas de media hora en el cuarto de baño.
Estando escribiendo todo esto, Emilio me ha leído un e-mail de Elsa en el que me cuenta lo que Carlitos le dijo a la Nona espontáneamente “nona, cuando llegue mi abu, le voy a dar mil cien besos” Ni decir que las lágrimas han saltado a mis ojos. Tengo un nieto adorable y ocupa gran parte de mis pensamientos.
Bueno ya me estoy emocionando y esto me conduce a ser un plomo. Por lo tanto por el bien de todos, corto el rollo. Bueno, iba a cortar, pero me acaba de llamar mi nieto desde mi casa y hablar con él, me ha llenado de alegría.
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