miércoles, 16 de diciembre de 2009

EXCURSIÓN POR LA ISLA




































































Santa Lucía (14-12) SEXTO DÍA
La tarde noche de ayer, tiene poco que decir. Emilio y los demás se fueron a tomar copas y yo me quedé en el barco. Me acosté en cubierta, pero allá la las dos, el fuerte viento me obligó a retirarme al camarote donde Emilo dormía plácidamente. Bueno, esto fue hasta que yo llegué, porqué nada mas me hube acostado, empezó a roncar como si me hubiera oído y lo estuviera haciendo adrede. Total, que no pude pegar ojo hasta allá alas cuatro, que empezó a perder fuerza.
Esta mañana nos hemos levantado temprano para hacer la excursión por la isla en un taxi que nos esperaba a las ocho y media. Emilio, bien descansado, no ha parado de hacer ruido desde las siete, y aunque yo he intentado pasar de ello, no he pegado ojo desde esta hora. Total que a la hora prevista estábamos todos en la furgoneta taxi dispuestos a conocer un poco mas de esta bonita isla.
Lo primero que te sorprende de Santa Lucía es la intensa vegetación del interior, con frondosos bosque, con helechos que te hacen pensar que estás en una carretera de montaña por el Pirineo. Luego los nombres de los lugares, que a veces son franceses, otras británicos y algunos españoles.
Nuestro paseo transcurre por una estrecha carretera llena de curvas, que a veces se interna en la montaña , otras se acerca al mar, ofreciéndote unas hermosísimas vistas desde la altura.
Nuestro objetivo es llegar hasta las Pitón, que son dos picos puntiagudos que destacan del resto del paisaje, y después llegar hasta el volcán.
Se entabla una discusión sobre el origen del nombre Pitón que bien podría proceder del español por la semejanza a dos pitones o astas de toro. Yo pienso que mas bien debe proceder del francés y la palabra “petons”, (termino empleado para las tetas femeninas, a las que se asemejan de verdad) que escrito así, se debe pronunciar pitón en inglés.
Hasta llegar allí, pasamos por varias destartaladas poblaciones, con pequeñas casas de débil construcción y pintadas de chillones colores. Entre ellas alguna de estilo colonial, destaca por su mayor tamaño y señorío. No se puede decir que sean pueblos bonitos, pero resultan agradables y divertidos de ver. Como hoy es fiesta, debido a ser el día posterior a santa Lucía que cayo en domingo, la mayoría de los negocios están cerrados. De todas formas, no falta la oferta de collares, pulseras y baratijas varias, ya que en todos los sitios donde paramos para ver las vistas y hacer fotos, hay un buen número de tenderetes y nativos tenaces que te persiguen todo el tiempo, presionándote para que les compres, e intentando adivinar de que país eres. En cuanto descubren que eres español, empiezan con su repaso futbolístico ; Madrid, Barça, Raúl, Ronaldo, Mesi. ... se los saben todos.
Antes de llegar a Soufrière, que es un colorído pueblo al borde de una bahía de aguas tranquilas, donde hay varios barcos fondeados, las vistas sobre las Pitón son muy bellas, con la montaña delante de ellas por donde sale humo del volcán, y el mar a la derecha de un azul muy caribeño.
Antes de ir a volcán, visitamos los jardines de Diamond Watrfall que tienen una gran variedad de plantas. Esta todo muy cuidado y el paseo por esta naturaleza es muy relajante. Al final del recorrido hay una pequeña pero muy bonita cascada que procede de la montañaDespués de los jardines el conductor nos llevó a Suphurs Springs donde hay una cascada muy bonita con la pared de roca de colores rojizos, debido a la procedencia de agua desde la zona del volcán , que arrastra muchos minerales. Además el agua tiene un desagradable olor a huevos podridos que ya he olido en loas baños de Ax Les Thèrmes en Francia. También hay unos baños donde parece ser que la Emperatriz Josefina de Francia, venía a bañarse cuando era pequeña. Todo dentro de unos grandes jardines con
una gran variedad de plantas autóctonas e importadas. Hay uno potos inmensos que se enrollan a las palmeras hasta cubrirlas completamente hasta la cúpula.
Son ya las doce y nos queda subir hasta la falda del volcán antes de iniciar el regreso y pararnos a comer en Soufrières en un restaurante que conoce Emilio y que parece que está muy bien.
El volcán no tiene gran cosa que ver. Solo te acercan a una falda desde la que sale humo y donde hay unos grades charcos de agua sucia de los que salen unas grandes burbujas a borbotones. Además el desagradable olor a huevos podridos es casi insoportable. O sea, que entre el hambre y la peste, unidos a una tormenta que empieza a descargar agua, salimos de allí a poco de haber llegado, y en menos de media hora ya estábamos sentados en el restaurante Hambel Berth con unas espléndidas vistas al mar. La decoración es muy bonita y la comida aceptable nada mas. Bueno esta noche cenaremos un poco mas.
En el camino de regreso hacemos una parada en Cartries para “chopping” pero aunque pude comprar una gorra para mi amigo Antonio y una camiseta para mi Carlitos, al ser fiesta habían muy pocas tiendas abiertas.
Regresamos pues al puerto y desde entonces no me he movido del barco. Me he duchado, tomado una copa tendido en cubierta, cenado gracias a que Pepe no tiene pereza para guisar y ahora estoy en la cubierta debajo del toldo, escribiendo todo esto, soportando una fuerte ventolera qu me invita a bajar al camarote y echarme a dormir. ¡Si Emilio y sus ronquidos me dejan! Hasta mañana............(Ya solo faltan tres días para ver a mi Carlitos).












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